Nutrición durante el Embarazo
¡Cuídate, disfruta y recupérate!
En este blog la Dra. Silva Murillo, especialista en Nutrición(Intervención y Terapia Clínica) nos cuenta sobre los cuidados antes, durante y después de un embarazo.
Qué importante es el cambio en los seres humanos para cualquier aspecto de la vida, el embarazo no sólo es un cambio en la vida de una mujer, es una situación soñada y esperada por muchas, sorpresiva en otras, pero al fin y al cabo es una etapa donde la expectativa es una de las variables que siempre están presentes.
Traer una nueva vida al mundo, no sólo es lindo, sino que implica una responsabilidad, no sólo de la protagonista: la nueva mamá, sino que éste amplio espectro incluye también a la sociedad, la conciencia al sentido de dar vida deben compartirla tanto el hombre como la mujer en edad reproductiva.
Antes del embarazo: ¡CUIDATE!
El estado nutricional de una mujer en edad reproductiva es una consideración que no debe obviarse, si hay algo que cambiar, es el momento de hacerlo; se deben incluir ciertos nutrientes esenciales en esta etapa como el hierro, calcio y ácido fólico, entre otros, para que la prevención sea lo primero, pues la carencia de micronutrientes (vitaminas y minerales) se asocian a un mayor número de eventos incidentales de malformaciones en este nuevo ser.
Un peso adecuado de la madre, reduce el riesgo de desarrollar hipertensión arterial, diabetes gestacional, preclamsia, eclamsia y el diagnóstico de embarazos de alto riesgo -aún siendo embarazos múltiples-, así como otras complicaciones asociadas al estado de salud de la futura mamá.
Tanto la obesidad, sobrepeso y desnutrición en esta etapa impactan el desarrollo y la salud del bebé; según estudios científicos el objetivo es prevenir la obesidad y el sobrepeso en mujeres en edad fértil, así como promover la disminución del peso antes del periodo del embarazo por medio de un manejo interdisciplinario; los datos que se manejan en países desarrollados sobre la prevalencia en obesidad en mujeres entre 25 y 35 años es de un 35% y se ha considerado un pilar de intervención para la salud pública por los riesgos que se asocian a éstas condiciones.
Al igual que se asiste a la consulta con el ginecólogo para iniciar el proceso de planificación de un embarazo, es de suma importancia consultar con su nutricionista, pues la valoración que se le indique se acompaña de un plan a seguir en toda la etapa de la espera, el trabajo en equipo es mucho mejor; se cuida mejor de la mamá y del futuro bebé; esto garantiza que se llega al momento de la gestación en un estado óptimo de salud.
Recuerde que no debe hacer restricciones de grupos de alimentos, ni practicar dietas pues su estado de salud puede desmejorar, lo correcto es comer de todo en porciones adecuadas y en tiempos de comida definidos. Una buena alimentación incluso está relacionada con la fertilidad tanto en hombres como en mujeres, así como los asuntos emocionales que puedan afectar la concepción y que deben ser resueltos.
Durante el embarazo: ¡DISFRUTA!
¡Mi recomendación es que la experiencia hay que vivirla de la mejor manera posible, usted, futura mamá es la que decide, tome el control de esta etapa y de la salud de su bebé, actual y futura!
Vivir la experiencia de la mejor manera posible no significa dar rienda suelta a todos los “gustos” o “antojos”, recuerde que la creencia es que se debe comer por dos, pero no hay nada que se aleje más de la realidad que este concepto; la madre aporta a la salud de su bebé con sólo tomar la decisión de comer bien.
En esta etapa los cambios fisiológicos son muchos, desde el cambio en la cantidad en el volumen de la sangre, los niveles de lípidos y glucosa sanguínea entre otros muchos, hasta el aumento en masa de algunos tejidos por ejemplo, en los senos. Es por estas razones que controlar el peso en la etapa del embarazo a veces se hace complicado, el objetivo que debe manejarse es un aumento controlado del peso, que se adecúe a su edad, estatura, constitución corporal y actividad física, para que el aumento de peso no atente en contra de la vida de la madre y del nuevo ser.
Además de lograr combatir padecimientos comunes de la etapa, como lo es el estreñimiento; por medio de la inclusión en la alimentación de productos con fibra y un consumo adecuado de líquidos, se contrarrestan las causas metabólicas y fisiológicas, como lo son la disminución de la movilidad intestinal por el aumento de la progesterona y desde otro ángulo la compresión del útero sobre el recto, busque la ayuda siempre con el profesional adecuado.
Las incomodidades iniciales del embarazo mejoran mucho con una alimentación especial, en donde se planifican porciones muy pequeñas, pero con un aumento en los tiempos de comida, lo que regula la producción de ácidos gástricos y disminuye el vómito y las náuseas al tener controlado el volumen de la ingesta en un solo tiempo de comida.
Cada trimestre tiene un aumento aproximado de peso y éste se controla sencillamente con la planificación de un aumento paulatino de la ingesta total de energía en un día; esto quiere decir que una mamá no come lo mismo estando embarazada que sin estarlo o dando de mamar, ni en cantidad ni en tipo de alimentos; y de ésta forma es que se logran las metas y objetivos nutricionales con respecto a macro y micronutrientes durante el embarazo y posterior a él.
No se puede olvidar que el crecimiento fetal normal aumenta con rapidez y alcanza un ritmo de 30 gramos al día durante las últimas 16 semanas.
Disfrutar de comer rico, pero bien; hacer actividad física, enamorarse de ese bebé y cuidarse usted misma, esa es su meta.
Cómo se disfruta? Aproveche a consumir alimentos que le gustan, busque nuevas alternativas de combinaciones y aventúrese a probar sabores y técnicas culinarias nuevas y más saludables; no se preocupe si quiere darse un gustito, puede hacerlo… pero recuerde que el gustito no es todos los días, ya que una ingesta con exceso de calorías no hace que el feto crezca, más bien aumenta las reservas de grasa de la madre.
Después del embarazo: ¡RECUPÉRATE!
Después del parto, propóngase otra meta: alcanzar un mayor bienestar!, si durante el embarazo no hizo ejercicio y quiere recuperarse un poco más rápido, anímese y empiece ahora.
Esta recuperación del peso previo al embarazo es una de las principales preocupaciones de una mamá después de recibir el fruto de la espera; pero no se angustie, usted tiene en sus manos una de las mejores herramientas para lograrlo: la lactancia!, además de darle a su bebé grandes beneficios.
El gasto de energía en una mujer que da de mamar aumenta considerablemente, estudios científicos han señalado que las mujeres que amamantan en forma exclusiva en los primeros tres meses post parto pierden más peso que aquellas que no lo hacen; y si se continúa la lactancia por más tiempo el beneficio es mayor. Pero no sólo con dar de mamar es suficiente, también debe cuidar lo que come y plantearse expectativas reales, el peso aumentado no se pierde en un día, pero sí le logra un mejor estado de salud esforzándose todos los días.
Depende de cada mujer el peso que se pierda, pero con una buena alimentación, con el seguimiento adecuado de su nutricionista y el cumplimiento de su plan de alimentación estructurado en forma individual y único para usted, será más sencillo observar los beneficios que como mamá busca y que su bebé obtendrá.
Después del nacimiento el seguimiento es de vital importancia para el proceso de lactancia y en la introducción de alimentos en el momento indicado al bebé, reduciendo así el riesgo del desarrollo de alergias alimentarias.
Recomendaciones generales
- Consumir frutas y vegetales frescos
- Preferir carnes magras como pollo, pavo y algunos pescados
- Aumente el consumo de alimentos con fibra como leguminosas y granos integrales
- Evitar el consumo de tiburón y pez espada, ya que pueden tener alto contenido de mercurio
- No consumir alimentos altos en grasa saturada y/o de origen animal
- Consumir por lo menos una vez al día aceite de oliva
- No consumir más de 2 vasos de leche al día
- Evitar ayunos prolongados
- Procurar constancia en los tiempos de comidas evitando “picar” entre comidas
- Evitar alcohol, cigarros y drogas ilícitas, así como comidas muy condimentadas o con exceso de sal
- Consumir por lo menos 8 vasos de líquido al día
- Realizar ejercicio físico por lo menos 30 minutos, 3 veces por semana (caminar, bicicleta, subir escaleras, bailar, aeróbicos acuáticos o nadar). Debe poder mantener una conversación durante el mismo
- Usar de forma moderada (no más de 4 paquetes) de edulcorantes al día