Botox para la migraña
La migraña es una enfermedad muy común en personas adultas. Esta puede ir asociada a dolor en los ojos o el cuello, a náuseas y vómitos, también a no soportar la luz, los sonidos o algunos olores determinados.
Los ataques de migraña duran normalmente de 2 a 72 horas y durante ese tiempo las personas afectadas lo único que desean es estar acostadas o sentadas en un cuarto oscuro y sin ruidos.
Algunas mujeres con experiencia al respecto consideran que el dolor de la migraña es peor que el del parto o el producido por la rotura de un hueso. El dolor de cabeza empeora con los movimientos incluso cosas sencillas como caminar o subir unas escaleras, también con los ruidos o la luz.
Además de estos ataques que se repiten con mayor o menor frecuencia, existen también las migrañas crónicas en las cuales la persona tiene un dolor de cabeza durante quince o más días de cada mes, y en ocho de estos al menos ese dolor alcanza por su intensidad la categoría de migraña.
No se conoce el sustrato biológico de este trastorno neurológico pero se considera que está relacionado con cambios en el calibre de los vasos sanguíneos cerebrales y con un desequilibrio químico en los neurotransmisores.
La migraña no tiene cura por lo que el objetivo es limitar en lo posible la frecuencia, duración e intensidad de los ataques. Algunos pacientes notan mejoría tomando fármacos cuando empieza un ataque y también es frecuente tomar una medicación preventiva en las personas con migrañas recurrentes.
Ultimamente muchos pacientes han implementado el uso de inyecciones de bótox (toxina botulínica) para el tratamiento de las migrañas crónicas.
La toxina botulínica es una proteína producida por a bacteria Clostridium Botulinum que bloquea la liberación de acetilcolina en la sinapsis neuromuscular con lo que el músculo deja de contraerse.
El resultado de una inyección de bótox es una denervación química temporal del músculo sin producir ninguna lesión física en las estructuras nerviosas. Su uso para las migrañas crónicas se produjo tras una sugerencia de cirujanos plásticos de Hollywood que comentaron que sus pacientes que recibían inyecciones de bótox para disminuir las arrugas faciales señalaban una mejoría en sus ataques de migraña.
Los estudios científicos han encontrado una mejora pero no muy significativa, aproximadamente una reducción del 10%.